Durante gran parte de mi vida he recorrido interminables senderos, algunos que vos lector no te atreverías a andar y ni siquiera me creerías que existen, todo esto en busca de la felicidad y la libertad.
Y hoy sin mas buscar, en un rebosante plato de frijoles de la olla acompañados d un exquisito pico de gallo, encontré a esa mal parida que se nos escabulle a todo momento frente a nuestras narices, y me di cuenta que la felicidad sabe deliciosa.
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