12.28.2013

Untitled I

askjldfhl ksadhfljk ahsdiufyai sdhf kasjdfh ywe jhsf kjasdf jkashdf jshdfkjh sadf
sad fsa
df asdf ñklsjadf klasdjf asdf asdf
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df dsfg ry srydfg sdfg sdfg 
sdf asdfñhas dfkjasdh f ashfwye rñuyw yfd fhaksjdfh 8er w8ey rsdfh klajsdfh

Ese es uno de los versos mas tristes que he podido escribir en estas noches gélidas en Morelia, es tan triste que carece de sentido, solo es una sucesión de letras pseudo-aleatoriamente seleccionadas, ¿acaso hay algo mas triste que eso?

12.22.2013

Crónica de un suicida II

Ya tenía mucho tiempo que no hablaba con ella, hacía ya muchas lunas desde nuestro último encuentro que pensé que ya me había olvidado y se había fugado con otro de sus amantes.

Me la encontré mientras tenía uno de esos arrebatos de tristeza aguda que te hacen cruzar la calle sin precaución, esperando a que algo funesto suceda, pero la vi al otro lado de la acera, como siempre, elegante, seductora, con esa mirada que te deja helado, me sonrió y solo se limito a mover su indice en signo de negación, entendí que hoy no seria el día en el que nos reuniríamos para siempre. Logre pasar la calle sin pena ni gloria para después caer en sus brazos, fue un abrazo cálido, tan cálido que me hizo sentir como en mi hogar, fue eterno su muestra de afecto que tan solo duro un cambio de luces del semáforo, al liberarme de su abrazo tan acogedor como aterrador, nos limitamos a vagar por las calles platicando de sin sentidos y lo arduo de su trabajo y así entre conversaciones llegamos al centro de la ciudad, bella ciudad colonial, con sus matices rosas, y su iluminación que evoca la nostalgia de todos los desamores que se han suscitado en sus calles. Nos sentamos en una plaza donde ahora sus alrededores se destinan al comercio de brebajes para dar calor al alma y otros tantos para acelerar un poco el pensamiento.

Charlamos sobre lo nuestro, aunque ella solo me daba evasivas, solo se limitaba a sonreír y decirme que fuera feliz, que ella nunca me olvidaría y que en algún momento regresaría gustosa para ahora si emprender ese largo viaje que hemos planeado desde hace ya tanto tiempo.

Me así de su brazo y lloré, de mi boca salían palabras para convencerla de que yo ya estaba listo para ese gran compromiso, que ya estaba preparado para casarme con ella, solté su brazo para secarme las lagrimas que nublaban mi vista y advertí que las personas circundantes me observaban de manera extraña, como si yo estuviera platicando con el helado aire que acompaña esta temporada. Gire mi cabeza hacia el lugar donde ella se encontraba, pero se había esfumado, escurridiza como siempre, se fue sin despedirse y sin decirme cuando nos volveríamos a ver, nunca debí soltarle el brazo hubiera sido mejor haberme quedado ciego por mi sollozo.

Y ahora que escribo estas palabras al borde de un colapso nicotínico, sé que la quiero, sé que extraño su presencia, es el único ser que no me ha abandonado y nunca lo hará. 

12.10.2013

Crónica de un suicida I

Fue hace una luna que me puse a platicar con ella, una vieja amiga, que a pesar de que siempre me he sentido algo atraído por su singular belleza no puedo decir ciertamente que la suelo extrañar, pero eso sí, siempre que charlamos me recuerda que estoy vivo.

Aunque en está ocasión fue diferente, la conversación se tornó un tanto extraña, hablamos de temas muy profundos de nuestras almas dejando a un lado las banalidades del mundo, no sé si fue por el frío de la noche, el calor de las copas o la nota cadenciosa del piano, pero me platico cosas que me dejaron helado, un escalofrió recorría toda mi espina dorsal y se extendía a lo largo de mis extremidades para culminar en mi cuero cabelludo haciendo que se me erizara la melena o lo poco que queda de ella mientras relataba parte de su vida; me dio un poco de pena saber todo eso que me conto, siempre trabajando sin descanso alguno, nadie quien le comparta sus momentos de alegría, todo para ella es tristeza, tiene muy pocos amigos, yo soy uno de ellos, las demás personas le temen como si fuera un tirano, la aborrecen y le huyen en cuanto pueden, ni si siquiera la suelen nombrar, otros tantos solo le hablan para que con su trabajo les haga el favor que buscan.

Nunca había sentido tanta tristeza al ver llorar a alguien, no creí que le afectara tanto; en los 20 años que tengo de conocerla y hace 10 años a raíz de mi primer intento de descubrir si hay un creador, fue que nos hicimos más íntimos; nunca había mencionado algo como esto, nunca la había visto sollozar, en algunas ocasiones llegue a pensar que carecía de la capacidad de sentir, siempre la vi fría, estoica y con esa mirada serena, como si nada le afectara, pero ahora, toda imagen que tenía sobre ella cambio, la siento más cercana a mí, incluso esas lagrimas que brotaron de sus ojos hicieron que estos tuvieran un brillo especial, atractivo, una belleza sin igual, su rostro se tornó de diferente color, y su mano que estaba asida de la mía, ya no era gélida como antes como cuando solía acariciar mi rostro.

Hoy rio con ella, la acompaño en su llanto y en su soledad, no somos tan diferentes después de todo, al final de cuentas no es su culpa tener ese trabajo que hace que todos la desprecien. No sé si estoy empezando a quererla, pero su presencia hace vibrar mis entrañas, me genera esa sensación de proximidad al peligro o a una gran aventura, no puedo decir si esto se traduzca como amor, pero todavía no es momento para que estemos juntos, sé que eso le parte el corazón, aunque no me lo ha dicho, ella es fuerte, ya ha esperado 20 años, sé que puede esperar un poco más, al cabo que al final, cuando nos reunamos por última vez, será para siempre.